Las páginas de un libro
Últimamente se está volviendo a poner de moda la literatura popular a la que, en España, se ha denominado como «bolsilibro». Por lo que he podido averiguar buceando en internet, es lo más parecido al género «pulp» americano. Ejemplares impresos en materiales de bajo coste hechos con la única finalidad de entretener al lector.
Aunque se pueda pensar que esta entrada entronca y difiere con la anterior, no es así. Ni mucho menos. En resumidas cuentas, en el artículo anterior decía que una obra que se «vendía como churros» no tiene por qué ser una obra de calidad. En ninguno de los casos quiero decir que sea una obra mala y que no deba ser leída jamás. Eso no es así. Toda obra merece su oportunidad.
Alejándonos de la calidad literaria, la finalidad de un libro es entretener. Debe de serla. La forma, el estilo y demás aspectos debe de ser consustancial al autor. La obra adictiva, es una obra que cumple con su finalidad. Habrá públicos más exigentes y menos exigentes. Pero no deja de ser un texto que lleva en su lomo una gran cantidad de horas de trabajo meritorio.
Pero hoy vengo a defender el libro corto. El libro de faltriquera. Esos libros que puedes disfrutarlos de una sola sentada. Historias como aquellas juveniles de Barco de Vapor, la saga de P.A.K.T.O. o, incluso, las aventuras de Hercule Poirot.
Doscientas paginitas que son pura delicia y que nos podemos llevar casi sin peso añadido a donde queramos.
Hemos perdido esa tradición en favor del expansionismo —que no veo mal—, pero que creo que se nos está yendo un poco de las manos. Es cierto que cuando acabamos de leer una historia buena ya estamos pensando en la siguiente. Y queremos más y mejor, dándonos igual su extensión. Pero a veces se nos olvida la esencia de la historia.
No obstante, también hago apología de las obras superiores a medio millar de páginas. Como amante a la literatura, no puedo estar en contra de nada. Solo dar mi opinión en ciertos aspectos que discurren en derredor de mis preciados libros.
Me gusta los libros, me gusta la literatura, las letras…y soy feliz leyendo lo que sea.
Este artículo solo lo puedo acabar de una sola manera: ¡LARGA VIDA A LA LITERATURA!