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Relatos

Soy James Julien y soy escritor

Mi nombre es James Julien y soy escritor… bloqueado. A lo largo de mi carrera siempre me he preparado un vaso de whisky y me he sentado frente al ordenador. He escrito una gran cantidad de libros de todo género. La mayoría de ellos aún no han visto la luz. Quizá no la verán nunca. Falta de interés en la trama o de calidad en sus líneas. 

Siempre he escrito para mi. Por diversión, por relajación. En definitiva, para disfrutar. 

El pasado año autopubliqué el último libro que escribí. Se trata de un libro de terror el cual acabó por copar todos los e-readers del país. Tal fue el éxito que el grupo editorial del pingüino acabó comprándome los derechos del libro convirtiéndose así en un bestseller de fama mundial. 

Se puede decir que la vida nos va genial. Mi mujer ya no tiene que deslomarse la espalda en la fábrica ni yo atender a ciertas personas en el súper. Bueno, quizá a ella le vaya mejor que a mí. 

Cuando vendí los derechos a la editorial, en el contrato se estipulaba que también compraba los derechos de la continuación. Esta obra que estoy intentando escribir ahora. Esta obra no me permite dormir ni de noche ni de día. Que se está convirtiendo en el centro de mis pesadillas y de enfrentamientos con mi mujer. Esta obra me está haciendo dudar de si realmente esta es mi vocación, de si no estaba mejor reponiendo latas de cerveza artesanal en el súper. 

Estoy en fase de bloqueo, según google, y no sé qué hacer llegados a este punto. Buceando por la red encuentro diferentes consejos.

Hay quien dice que si estás bloqueado es porque algo de lo que ya tienes escrito está atormentando tu subconsciente porque está mal escrito o es incoherente con la obra. Esto queda totalmente descartado. Está todo revisado al milímetro. Mis lectores de confianza también me lo corroboran. Todos quieren darme ideas pero ninguna de ellas desemboca en el lugar al que yo quiero llegar. Sé que lo hacen con buena fe, pero no me ayudan con sus ideas tan burdas y superficiales. Yo necesito algo más. Algo que sorprenda al lector, que lo cautive, que le haga pensar. Les doy las gracias por fuera, pero por dentro les mando a paseo.

Otros autores aconsejan que me salte ese capítulo que me tiene bloqueado. Que haga un paréntesis en la escritura y que redacte algo más fácil. Que me invente una escena anterior o posterior que me ayude a ver con más claridad qué es lo que debe ocurrir en el lugar del bloqueo. Es un buen consejo, no digo que no, pero yo soy un escritor lineal y me resulta muy difícil saltar de escenas y después volver atrás. Ojalá pudiera, pero me bloqueo más aún. 

El puto móvil no deja de sonar. Amigos que quieren jugar a lacross, la familia, aquel grupo de whatsapp que nunca me acuerdo de silenciar y que, precisamente hoy, me pongo a leer la conversación…

Hay autores que afirman que son incapaces de escribir sin su copa de espirituoso favorito. Yo llevo tres y ya casi ni me mantengo sentado en la silla. 

En esta investigación leí que dar paseos ayuda a activar el cerebro. Así que bajaré al perro. Pero Tobby es un perro malcriado, todo el camino dando tirones de la correa y cruzándose a mis pasos. Ladrando y gruñendo a otros perros… No me deja ni mirar el facebook tranquilo. Me senté en un banco del bulevar verde a ver con detenimiento una publicación de la red social. Se trataba de una imagen del gran S. King que decía:

si quieres escribir una buena historia debes de estar dispuesto a cerrar las puertas y ventanas de tu habitación y no dejar que nadie entre. 

S. King

Esta frase que dudo que fuera real me hizo pensar en mi forma de escribir y de pedir ayuda. Decidí hacer una pregunta en los comentarios de esa misma imagen. Me abrumó tanta respuestas, algunas incoherentes pero hubo tres que me cambiaron la perspectiva. La primera de ellas fue la de implantar la técnica pomodoro, que consiste en escribir por lapsos de tiempo, al menos dos, con un descanso entre medias. La segunda fue solo una palabra “analízate”. me dejó dubitativo, ¿qué puedo estar haciendo mal?. La tercera fue la recomendación del libro de donde se extrajo esa frase. Que sí, es real, está escrita por el Maestro y sacada del libro Mientras escribo.

Un libro que compré inmediatamente en digital y que pedí en físico también. Vaya bendita adquisición. Lo he leído ya tres veces. He implantado varias de sus técnicas. Dos mil palabras al día, puertas cerradas, té… Apliqué la técnica pomodoro. Analicé mis malos hábitos y los cambié. 

Hoy, seis meses después tengo la siguiente novela de la cual me siento muy orgulloso y que creo que será mejor que la anterior. Consta de casi trescientas mil palabras. 

Aún recuerdo cuando estaba bloqueado con solo cuarenta mil…

Hoy, seis meses después del bloqueo que cambió mi vida, puedo decir que soy James Julien, escritor publicado. 

Imagen extraída de wikipedia. Bloqueo del escritor
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